Paterna del Madera
Nuestro pueblo siempre fue el reverso natural y salvaje del refinamiento arquitectónico de Alcaraz. Escondido detrás de la muralla que conforma el Pico de La Almenara, cruzar el Puerto del Barrancazo es pasar, de repente, de la tierra árida de los hidalgos a los bosques cerrados de los duros pastores y cabreros. Accediendo desde el lado contrario, desde Levante, Paterna es la última esquina de la Sierra, la mas verde y húmeda, puesto que así se va poniendo la montaña conforme se nos acerca.
En Paterna del Madera se abre un valle que los moros cultivaron y protegieron con una torre de la que solo quedan los cimientos, en alto, a la derecha de la carretera que lleva a Bogarra. Lo llamamos El Mencal, como el río que riega nuestra vega.
Por el valle paralelo corre el río Madera, llamado de Los Endrinales aguas arriba, creador de paisajes de cuento entre pinos, robles, arces, fresnos y encinas que, en su día, pertenecieron al Duque de Alba.
La vida siempre fue dura a la sombra de Alcaraz y en un rincón apartado de la Sierra, pero el futuro nos ha recompensado con un entorno natural que sigue igual que hace siglos. Ven a disfrutar de la Sierra, tal como era.
Muchos árboles...
… hay en nuestros frondosos bosques, pero muchos se sacaron de ellos para fabricar barcos en Cartagena, que recorrieron el mundo.
Muchas alfombras...
… de los mas lujosos palacios de Europa, se fabricaron con lana de las ovejas de Paterna, tejida en los famosísimos talleres de Alcaraz.